Según la
Constitución española en su artículo 14: Los
españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación
alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra
condición o circunstancia personal o social. ¿Se cumple realmente en la
práctica?
La problemática
de si todos los presos son tratados de forma igualitaria en nuestras prisiones
ocupa un espacio importante en la actualidad. En los últimos años han saltado a
la luz diferentes casos de trato preferente a ciertos presos; en algunos casos
por su delito y en otros por tratarse de personajes de interés público.
Son varios los
casos de acusaciones, tanto por parte de funcionarios como de presos, de trato
preferente en las prisiones a miembros de la banda terrorista ETA.
En 2012
saltó a la luz la noticia, gracias a las quejas de varios funcionarios, que en
la prisión gaditana de Puerto 3 dos presos etarras habían pedido ser cambiados
de módulo para que el reconocido Parot “no estuviera solo en el que se encontraba”.
Su petición fue atendida, cuando de forma habitual no se realizan tales favores
a los presos. En la cárcel de Can Brians, de Barcelona, también se dio el caos
de un trato preferente en este caso a dos etarras, Diego Sánchez y Laura Riera:
los terroristas fueron calificados por la Consejera de Justicia Monserrat Tura
como “presos políticos”. Reciben más vis a vis de los estipulados en la
sentencia, además de que su correspondencia no es abierta y revisada antes de
entregársela, procedimiento que se lleva a cabo con los presos terroristas por
razones de seguridad.
Un caso muy
sonado de preferencia hacia terroristas de Eta dentro de prisión es el de De Juana Chaos. El etarra, en prisión por
sus más de 25 asesinatos, pidió una noche para cenar champán y langostinos,
para celebrar así un nuevo asesinato de la banda terrorista. El entonces
ministro del interior denunció a la institución penitenciaria no levantar un
informe sobre esta petición del terrorista, cuando se trata de un posible caso
de delito por enaltecimiento del terrorismo. No es esta la única vez que ha
saltado a la luz pública por denuncias de un trato preferente: poco meses
después de este hecho el gobierno de Aznar le otorgó beneficios
penitenciarios y la posibilidad de
ingresar en una cárcel de la península, además de rebajarle un año su condena
por escribir dos libros en los que deja entrever múltiples amenazas a la
ciudadanía y al poder político español.
La lista de
personajes públicos en la cárcel de nuestro país ha ido aumentando en los
últimos años. El gran número de casos de corrupción ha hecho que nuestras
cárceles se llenen de presos VIP. ¿Reciben siempre el mismo trato que el resto
de reos o son tratados con cierto favoritismo?
Un ejemplo de
preferencia en la cárcel lo encontramos en el extesorero del Partido Popular,
Luís Bárcenas, encarcelado por su implicación en el caso Gürtel. El 30 de
diciembre de 2013, el preso se aquejó de una urticaria alérgica: fue trasladado
directamente al hospital Gregorio Marañón de Madrid, a pesar de ser una causa
menor y carecía de peligro para su salud por lo que podría haber sido atendido
por el médico de la cárcel. A su llegada al hospital, Bárcenas no entró por la
puerta de urgencias, sino que lo hizo por el
cuarto del shock, área en la que son atendidos únicamente los pacientes con
riesgo vital. Fue recibido por el jefe de hospital de guardia, en ese momento
la máxima autoridad del centro, cuando esto no es lo habitual.
Otra denuncia
por tratos preferentes son los recibidos a la tonadillera Isabel Pantoja,
ingresada en la prisión de mujeres de Alcalá de Guadaira por su vinculación en
la Operación Malaya. ACAIP (la Asociación de Cuerpos de la Administración de
Instituciones Penitenciarias) ha pedido en cese de la directora de la prisión
en la que se encuentra Isabel Pantoja por considerar que está beneficiando a la
reclusa con un trato preferencial, distinto al del resto de internas. Son
muchas las alertas que han saltado sobre este caso, contando con el testimonio
de trabajadores del centro, así como de expresidiarias que han compartido días
en prisión con Isabel. El pasado 1 de junio, desayunó con la directora y el
subdirector de la prisión, algo que ningún preso puede realizar. A su vuelta a
Alcalá tras un permiso, se le concedió entrar con más equipaje del permitido.
Además no se le realizó el cacheo habitual en la entrada de la cárcel. También
goza de celda individual, cuando el resto de presas la comparten. Algunas
internas del centro se encuentran a disgusto con esta situación y han recogido
firmas asegurando dicho trato preferencial y expresando su desagrado.
ANA TATAY LOZANO
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