El pasado día 4 de Noviembre, realizamos una entrevista a
Manuel - ex presidiario- que ha estado en varias cárceles de Andalucía, por
diversos delitos. Él no considera que todas sus condenas hayan sido justas.
Manuel cuenta que por circunstancias de la vida, pasó un
largo tiempo en prisión; aunque asegura que algunos delitos fueron inventados
por la policía, ya que lo estaban buscando, porque reconoce que era “un ladrón
profesional”. Al que se refiere es al
supuesto robo de un bolso.
Más tarde Manuel fue acusado de asesinato. Explica que si en
su día hubiera existido la Ley de Protección de mujeres y niños, no hubiera
entrado en las instituciones penitenciarias. En el caso de este segundo juicio,
Manuel afirma que se vio sin ayuda y rodeados de falsas pruebas, contándonos
que los únicos que dijeron la verdad, fueron 2 policías científicos de Madrid,
a los cuales no se les tomó en serio.
En la entrevista también declara que todo el sistema
judicial es consciente de los materiales ilegales que se introducen en la
cárcel, e incluso se atreve a decir que en muchos casos, son los mismos
funcionarios y vigilantes de seguridad los que promueven su entrada.
Al preguntarle si en la cárcel rebajan la condena por buena
conducta, él nos contestó mostrando su disgusto, diciéndonos que “ni un
minuto”. A su vez, nos contó que tal es el caso que tuvo que casarse dentro de
prisión.
Nos reconoce que cuando una persona entra en la cárcel,
siente mucho miedo y desconcierto. Le preguntamos qué sintió al salir de
prisión. Manuel nos cuenta que se sentía desubicado y que anhelaba a sus
familiares, ya que estos habían fallecido durante su estancia en la cárcel.
Respecto a la delincuencia dentro de la cárcel, el ex
interno nos contó un gran número de experiencias. Su conclusión sobre este tema
fue que hay que saber tener buenas amistades que te respalden ante posibles
problemas.
Al preguntar sobre la reinserción, nos respondió que “todo
no es tan bonito como lo pintan”, y que el fin último de la cárcel no es la propia reinserción. Afirma que en sus 17 años
de prisión, solamente tuvo la oportunidad de realizar un curso. Esta gran falta
de entretenimiento con el que ocupar su tiempo, llevo a Manuel a escribir,
forma de la que se conseguía evadir, a la vez que reivindicaba sus derechos.
Estos escritos fueron publicados en tablones de diferentes cárceles, así como
en periódicos.
Manuel realiza una obra crítica al sistema penitenciario
español, ofreciéndonos una visión totalmente diferente a
la que se nos suele ofrecer.
Francisco Tomás Mariscal Cobo
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